Una educación por la paz tanto en el hogar, como en
nuestras instituciones educativas, es un imperativo urgente para el bien de la
humanidad, no puede ser concebido como un boom de librería, ni tampoco como una
moda o un esnobismo literario; debería ser por el contrario un acto consciente
de todos los padres y las madres, también de los y las docentes, hablar de la
paz con propiedad no puede ser producto de una casualidad, ni siquiera algo
espontáneo que extrajimos de nuestro curriculum oculto, debería ser un acto
deliberado que apunte a darle a nuestros hijos(as) y a los y las estudiantes un
panorama claro de lo que las guerras nos puede causar y de lo que optar por la violencia nos puede engendrar y un convencimiento de que en definitiva mejor es convivir en paz.
Nuestros niños(as) y los y las jóvenes deben conocer que la violencia no es la salida para resolver un problema, un litigio, un
conflicto o una diferencia, en cambio el dialogo sincero si es la más expedita solución.
Enseñémosles las bondades de vivir en franca convivencia, con humildad, con
valentía, con hermandad, con la tolerancia, con el perdón, entre tantos valores
humanos que pueden direccionar nuestras vidas para vivirla movidos por el bien
y un infinito y denso amor por el gran hogar que nos cobija, este planeta azul al que
debemos amar y por lo tanto cuidar con decidida intención
Lcdo. William Manzanilla.
Lcdo. William Manzanilla.
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