lunes, 25 de mayo de 2020

Esclarín, Antonio Pérez

Nace un 23 de septiembre de 1944, en Berdún,  un pueblito cerca del Pirineo Español, frontera con Francia. Sus padres Prudencia Esclarín y Antonio Pérez, hogar ejemplar donde nacen Josefina,  Ángel  y Antonio.
Antonio, a la edad de tres años, en su pueblo que está en una montaña,  sale una tarde con una palita a buscar el sol grande y naranja que ve cómo se oculta en  otra montaña. Cae la noche, se pierde, todo el pueblo sale en su busca y cuando por fin lo encuentran y su mamá le pregunta “Pero, ¿a dónde ibas, hijo”, él contesta: “En busca del sol”.
En 1954, terminada su primaria, fue internado en el colegio San Francisco Javier, donde estudia su Bachillerato. Entre una educación muy tradicional donde los libros los aprendía de memoria, también recuerda con agrado las excursiones a las montañas y las peleas o guerras con bolas de nieve entre compañeros. También las horas de redacción y de lectura, sobre todo los domingos, donde les ponían un fondo musical y les dejaban leer novelas de Salgari, Julio Verne, Stevenson…
Quizás allí inicia su faceta de  lector insaciable  y de escritor. En Javier obtiene  su título de Bachiller con nota de Sobresaliente( 9.6/10) y Matrícula de Honor (19/07/60). Representando a su provincia Huesca obtiene en Zaragoza el Premio Extraordinario (21/03/61) en un concurso de los mejores. Al verlo tan joven, 15 años,  el jurado le pregunta  si va a ver a algún familiar. Sorpresa para los presentes, él representa a Huesca.
Terminado su bachillerato, estudia Preuniversitario, en El Salvador, el colegio de los jesuitas en Zaragoza. Entonces,  decide venirse a Venezuela y  estudia Letras en la Universidad  Católica Andrés Bello.
Su camino lo lleva a Ecuador y a Nueva York, donde  se radica por varios años. En Ecuador obtiene su doctorado en Filosofía en el año de 1970. Allí escala montañas como el Chimborazo, Cotopaxi, Cayambe, los Illinizas, y se gana por ello el apelativo de Pecho Roca, que más adelante sus amigos y familiares lo cambian a Pechín. En Nueva York en el año de 1971, obtiene su titulo de Magíster en Teología en el Woodslock College, donde le ofrecen cargo como profesor, pero lo  rechaza para volver a Venezuela.
Mientras estudia en Estados Unidos, para costear en parte  sus estudios y estadía trabaja en una fábrica, atiende una biblioteca en las noches, y empieza a  publicar algunos  artículos en revistas norteamericanas. Durante unas vacaciones de verano, en Cannosburg, cerca de Pittsburg, trabaja con el padre Finol con niños Down.
En nueva York  inicia  su vocación de escritor y comienza a escribir su novela “La Gente vive en el Este” , como expresión de compromiso de un cristianismo en serio , que fuese social fuerte y sobre todo con los más necesitados. En los capítulos de esta novela de la fábrica recoge su experiencia como obrero en Estados Unidos.
Vuelve a Venezuela, a Jesús Obrero, donde es profesor de varias materias y fundador del   Centro Excursionista Nuevos Horizontes. Prácticamente, todos los fines de semana sale al Avila con un grupo de alumnos, y en las vacaciones va de campamento a Mérida. Estando en Caracas, publica sus novelas “La gente vive en el este” y “Jesús de Gramovén”, y dos obras filosóficas  “La Revolución con Marx y con Cristo” y “ Ateísmo y liberación”, que es su divulgación de su tesis doctoral sobre el ateísmo contemporáneo y que fue traducida a varios idiomas. La temática de sus libros donde presentaba un compromiso cristiano muy valiente le crea algunos conflictos  y decide venir a Maracaibo.
En  1974, llega a Maracaibo, al colegio  Gonzaga. Estando allí,  la hermana Pilar Ramos le invita a trabajar en  una Normal de Fe y Alegría, recién fundada y que lleva el nombre de “Nueva América”. Acepta y por un tiempo  comparte su trabajo entre  el Gonzaga y la Normal. Tiene la suerte de trabajar con un grupo de educadores inquietos, en búsqueda de nuevas propuestas formativas: Pilar Ramos,  Maite Pascual, Julio Álvarez, María Luisa García, Luisa Pernalette, entre otros…
En este proyecto de formar docentes descubre su vocación de educador, ellos se hicieron educadores unos a otros, madurando sobre todo esa idea del educador popular, esa necesidad de trabajar con los más necesitados. También forma parte del grupo que decide pasar el colegio Gonzaga de El Milagro al barrio San José,  para que atendiera a los más pobres. Al cerrar las normales sigue su camino, y crea con otros  la Comisión Pedagógica del Zulia. Esta propuesta se extenderá posteriormente a las demás Zonas de Fe y Alegría a nivel nacional.
De su paso por la Comisión Pedagógica del Zulia  quedaron los Procesos Formativos, materiales para la formación de los maestros.  Para este tiempo contrae matrimonio con Maribel, educadora, con quien tiene dos hijos Manaure y Nairuma, nombres indígenas, que permiten ver su respeto y valoración a los indígenas. También se nacionaliza venezolano porque Venezuela le conquistó el corazón, como lo prueban los innumerables reportajes que ha escrito sobre ella y el libro  “Venezuela, Paraíso Tropical”, escrito en 1996, donde dice en la introducción: “Venezuela es ciertamente un país privilegiado, lleno de encantos y prodigios, que Dios lo debió crear en una tarde en que andaba especialmente feliz.”
Para 1984, obtiene la Licenciatura en Educación en la Universidad Simón Rodríguez , y ese mismo año inicia con Luisa Pernalete el Programa de Profesionalización de Maestros en Servicio en convenio con el Centro de Experimentación para el Aprendizaje Permanente (CEPAP) de la Universidad Simón Rodríguez, en el que buscan un proyecto innovador de formar educadores populares, capaces de gestar los cambios educativos necesarios. En 1991, se funda el Centro de Formación Padre Joaquín, como órgano coordinador de las políticas de formación, investigación y publicaciones de Fe y Alegría, a nivel nacional, y Antonio es nombrado su Director.
Desde ese centro se impulsan diferentes programas de formación e investigación, a nivel nacional e internacional. Es también editor de las publicaciones del Centro de Formación, entre ellas, la Revista “Movimiento Pedagógico”, y las Colecciones  “Procesos Educativos”, “Materiales Educativos”, “Lecturas para jóvenes y niños” y “Programa de Formación de Educadores Populares”. Como trabajador  de dicho Centro,  dedica gran parte de su tiempo a dictar conferencias y  talleres, y asistir a Encuentros y Congresos Internacionales,  donde comparte sus aprendizajes del pueblo y con el pueblo. Sus aportes han sido muy significativos en cuanto a ahondar en  la filosofía de Fe y Alegría, la teología del cristianismo con un evangelio realmente comprometido con el  pueblo. Su legado de más de 50 libros dedicados a la humanidad, los innumerables artículos en diferentes periódicos y revistas, las producciones como editor y autor en las diferentes  colecciones de Fe y Alegría, así lo atestiguan.
Antonio  es un ejemplo de fe que nos invita a ser alegres, a recrear  y crear lo que queremos ser y lo que proponemos para poder sembrar semillas que generen la vida auténtica donde todos somos parte como sujetos de nuestro proyecto. En este sentido debemos mencionar también su convivencia con  las diferentes etnias indígenas de Venezuela, que  ha recogido en diferentes publicaciones en donde da a conocer con mucho respeto y cariño su cultura y formas de vida.
Antonio es también profesor e investigador del centro de Experimentación para el Aprendizaje Permanente (CEPAP) de la Universidad Simón Rodríguez. Ha coordinado el Proyecto de Formación de Educadores Populares en 17 países de América Latina, orientado a formar más de 25000 educadores de Fe y Alegría, y coautor de varios de los Documentos de los últimos Congresos de Fe y Alegría.
De los talleres y conferencias antes mencionados ha recibido muchos reconocimientos; mencionamos sólo dos de ellos como ejemplo: “Antonio Pérez – Esclarín y el movimiento Fe y Alegría reciben un merecido homenaje en el Marco del XVIII Congreso Científico Escolar. Colegio Bellas Artes, en julio de 1996.”
“La Confederación Internacional de Educación Católica le entrega la Distinción Jesús Maestro ; en Santiago de Chile en enero de 2004”.
Uno de los mejores regalos que nos hace Antonio son sus libros de Parábolas; hasta hoy ha publicado  tres : “Educar Valores y el Valor de Educar” ; “Para Educar Valores: Nuevas Parábolas” y “Parábolas Para Vivir en Plenitud” .  A través de ellas podemos palpar dos líneas que marcan la vida de Antonio: Educar y Valor, lo uno no se despliega sin lo otro;  en ellas encontramos un ramillete de cuentos que nos cultivan el alma y nos ayudan a enfrentar nuestros miedos,  dudas,  alegrías, la tristeza, la soledad individual que es sana, la reflexión, … Como él nos dice: “educar en y para: educar en  y para la creatividad, educar en y para y el trabajo, educar en y para la ciudadanía, educar en y para el respeto, educar en y  para la solidaridad”.
Las parábolas nacen porque las iba incorporando en sus conferencias y luego muchos se las pedían y le proponían que  las publicara y así fue. El primer libro de parábolas, ha sido reimpreso ya once  veces en Venezuela, Colombia, México y además traducido al Portugués. Para Antonio escribir es como un apostolado que le permite hacer bien a otros. A parte de sus libros de parábolas, tiene otros más teóricos de temática educativa, en los que recoge su concepción pedagógica: “¿Es posible educar en Venezuela?”, “Más y Mejor Educación para todos”, “Educar en el tercer milenio”, “Educación para globalizar la esperanza y la solidaridad” y “Educar para humanizar”, “Decide tu vida, elige ser feliz” , “Jesús Maestro y Pedagogo”, “Educar es enseñar a amar” , “Los padres, primeros y principales educadores de los hijos”, “Cultivar valores con el Padrenuestro” y “Educación integral de calidad”.
Sobre el Zulia ha escrito también mucho: la Colección “Temas Zulianos para niños”, “Historias Fabuladas del Zulia” (78 programas para radio), innumerables reportajes   en las revistas “Respuesta”, “Horizontes”, “Familia Cristiana” y “Gárgola”, algunos de ellos recogidos en el libro “Reportajes Zulianos”, y las novelas “Venancio Pulgar, Caudillo del Zulia” y “Rafael Urdaneta”, en los que quiere dar a conocer su pasión por esta tierra.
Antonio se enorgullece de conocer como pocos a Venezuela, país que ha hecho suyo, que ama entrañablemente y del que ha escrito en diferentes revistas más de 180 reportajes.
Maribel Rodríguez de Pérez


Antonio Pérez Esclarín Nosotros somos arquitectos de personas

La Felicidad por Perez Esclarin

Conferencia Dr Antonio Pérez Esclarín Educar en Valores es Enseñar a Amar

viernes, 22 de mayo de 2020

LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA por Antonio Pérez Esclarín

Cultura de paz

Para William Manz: La educación la paz allana el camino que conduce a la forma más expedita de contrarrestar los efectos que sobre el futuro de la humanidad traerá consigo una cultura demasiado tentada por la violencia y la agresividad, siempre en contra de la convivencia humana. Situación que verdaderamente pone en peligro la supervivencia de la raza humana y la segura destrucción de su hogar planetario, poniendo en duda, la posibilidad de que exista un mañana para la humanidad. 
La Cultura de la "paz" según la definición de las Naciones Unidas, la cultura de paz es una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas, los grupos y las naciones. La Declaración y el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (1999, Resolución A/53/243) identifican ocho ámbitos de acción para los actores al nivel local, nacional y internacional que proponen: Cultura de Paz en la sociedad vendría a ser aquel estado de equilibrio que se da cuando todos se expresan de forma no violenta hacia el país, los individuos no utilizan gritos y peleas, se ayudan entre sí, y el respeto mutuo.
Vídeo: ¿Qué es Cultura de paz?

¿Es posible una cultura de paz?


Medios masivos y cultura de paz


Vídeo: Cómo transformar la escuela en un territorio de Paz por la colombiana Sara Victoria Alvarez



El amor es poesía